El Jardín Mágico de Klingsor

2006/08/18



Irwin Hoffman y el mejor Beethoven de la Filarmónica

El pasado jueves 10 de agosto el maestro norteamericano se presentaba en Cali por segunda ocasión. No tuve ocasión de asistir a su debut en nuestra ciudad, pero los comentarios que circulaban de la versión de Matías el pintor de Hindemith eran muy halagadores y palabras más, palabras menos se hablaba de que este concierto era uno de los imperdibles de la temporada.
El otro punto atractivo de la velada era escuchar el siempre bien recibido Concierto en la menor, Op.54 de Schumann con la presencia de la solista Patricia Pérez.

Pues bien, la versión del Schumann fue muy correcta, técnicamente irreprochable, con un director que plegó la orquesta a los requerimientos de su solista. Patricia Pérez nos presentó una lectura camerística, rítmica, lírica, muy mendelssohniana. Uno hubiera esperado más nervio, más pathos, más romanticismo, pero esto no es un defecto.

Recién creada la Filarmónica uno de sus primeros retos fue la Sinfonía Heroica de Beethoven, que en ese momento tuvo una lectura renovadora y con tempi historicistas de la mano de su actual titular, el maestro Paul Dury. Ahora era el momento de probar el crecimiento artístico de la agrupación con un retorno a tan exigente obra.

Y cómo ha crecido la orquesta! Los tempi reposados del maestro Hoffman nos condujeron por todo aquello que anhelábamos en el Schumann: el drama, el conflicto, el arrobamiento del mundo romántico. La orquesta respondió de manera extraordinaria, con un sonido de la cuerda homogéneo, plegado a las indicaciones de dinámica del director, con unos vientos ora delicados, ora sugerentes, con metales recios y dramáticos.

Nunca he escuchado en Cali una interpretación de Beethoven tan tremenda como la de la Marcha fúnebre. Allí Beethoven expuso por vez primera su manifiesto personal como artista. Allí dejó atrás el mundo sonoro de Haydn y Mozart, abriendo las compuertas de una nueva sensibilidad, en conjunción con los cambios turbulentos que sacudían a Europa (léase Napoleón).

Bravo por el maestro Hoffman, un hombre que con más de 80 años da lecciones de vitalidad y que sabe perfectamente lo que desea expresar con la orquesta. Bravo por la orquesta, que pese a las duras condiciones materiales que debe enfrentar la actividad cultural en la provincia colombiana se sigue superando día a día.